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Jorge Enrique Vélez, columnista invitado

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Decrecimiento de la seguridad en Colombia

Un mes después de iniciado el gobierno del presidente Petro, la situación de orden público en Colombia está atravesando un momento bastante difícil.

Jorge Enrique Vélez
7 de septiembre de 2022

Las 14 masacres, una de las cuales ocasionó la muerte de nuestros policías en el departamento de Huila, son situaciones que ponen en peligro, no sola la seguridad del Estado, sino la famosa propuesta de una paz total que es la política fundamental y prioritaria de este Gobierno y que todos deseamos que se logre. Pero pareciera que las decisiones tomadas hasta el momento por el Gobierno no van a permitir que esta se logre si no se da un giro en las políticas que se están implementando.

Queda claro que los grupos al margen de la ley están palpando la debilidad de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, y con el afán del Gobierno por tener resultados rápidos en materia de paz, se está dejando ver una Fuerza Pública debilitada debido, especialmente, a que se retiraron muchas de sus cabezas, al sometimiento de sentarlos con organizaciones como la primera línea para discutir el futuro del Esmad y debido a las instrucciones que ha dado el Gobierno nacional que, prácticamente, han incautado las funciones esenciales para proteger al Estado y su soberanía.

Voces como las del exnegociador de La Habana y hoy senador, Humberto de la Calle Lombana, se han manifestado, incluso, en favor de las instituciones, manifestando explícitamente que es un error gigantesco que el Estado ceda tanto a cambio de tan pocas cosas, ya que, sin demostrar la fortaleza de las instituciones, se está poniendo en peligro la legitimidad de estas.

Tuve la oportunidad de reunirme con algunos exgenerales de la República que con mucha preocupación manifiestan que la seguridad en Colombia está en el peor de los momentos y sus fuerzas totalmente debilitadas. Manifiestan que, si no se toman decisiones radicales que muestren un Estado fuerte y no se recupere el liderazgo de las Fuerzas Militares, tendremos, como fatal consecuencia, efectos gravísimos e irrecuperables en nuestra economía y el abandono de inversiones que venían en crecimiento por el total decrecimiento en la seguridad del país.

Hoy estamos viendo unas Fuerzas Militares sin un poder fuerte como debe ser en toda democracia y algunas de las razones son las siguientes:

  • No pueden bombardear a sus enemigos si hay menores de edad, lo que obligó a los delincuentes a estar siempre acompañados por estos, para evitar lo que era la fortaleza de las fuerzas.
  • Unificar los mandos con los alcaldes y mesas de trabajo permanente. Un alcalde dando órdenes a un general es inconstitucional e inconveniente.
  • Se dio por terminado el servicio militar obligatorio. Colombia se quedará, eventualmente, sin reservas para enfrentar la delincuencia.
  • Salieron más de 70 generales que tenían toda la preparación y el conocimiento para acabar con los grupos al margen de la ley.
  • Se le está dando un poder inimaginable a las famosas guardias indígenas y campesinas.
  • Se están fortaleciendo organizaciones civiles como la primera línea.
  • Están surgiendo nuevos comandantes que están en una situación muy débil de liderazgo. En cualquier momento pueden ser llamados a calificar servicios.
  • Las Fuerzas Militares no pueden ser parte de una ideología determinada y pareciera que es lo que está buscando el nuevo Gobierno.
  • La percepción de grandeza y mando de las Fuerzas Militares se está viendo diezmada.
  • Están logrando dividir a las reservas con los nuevos comandantes de las fuerzas. Los retirados y los activos deben seguir unidos trabajando por la seguridad de los colombianos, como históricamente ha sido.
  • Se ha perdido el concepto de seguridad humana que ha sido una línea filosófica del Estado. Se les ha quitado a las Fuerzas Militares un papel histórico que nos ha beneficiado a todos los colombianos, queriendo establecer que el eje de Colombia es la vida, como si las Fuerzas Militares estuvieran en contra de esta. La vida es una política de Estado y no de un gobierno, pues las fuerzas militares siempre han luchado para la protección de todos los colombianos y así siempre lo hemos reconocido.
  • Se está negociando la política de extradición, concediéndoles beneficios a extraditables, que no deberían tener.

Por esto y por muchas otras cosas más, el gobierno del presidente Petro debe retomar el camino para lograr la paz total que todos queremos y apoyamos; pero esta no se va a lograr si continúa el decrecimiento de la seguridad y sus Fuerzas Militares y de Policía.

Estamos a tiempo de poder enderezar el camino. Es entendible por parte del Gobierno que abriera las puertas para lograr la paz total, pero con delincuentes narcotraficantes esto no es posible si se muestra un país débil.

Presidente Petro, en sus manos está recuperar el camino, esto apenas comienza y estoy seguro que las Fuerzas Miliares, la Policía y todos los colombianos lo vamos a apoyar, pero no se deje debilitar por parte de unos delincuentes que solo se podrían someter cuando sientan un Estado fuerte.

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