Colombia ha denunciado injerencia rusa en su frontera con Venezuela y desde Caracas no han negado las acusaciones. Por el contrario, el Alto Mando Militar insiste en que no deben pedir permiso para ninguna operación.
El movimiento de tropas sería en el lado de Arauca, punto de conflictos entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), Domingo Hernández Lárez, escribió: “No necesitamos permiso de nadie para mover nuestros vehículos rusos, iraníes, gringos, italianos, ingleses, franceses, austríacos, israelíes ni cualquiera que nos venga en ganas”.
A mediados de enero un portavoz ruso habló de un posible envío de tropas de su país a Cuba y Venezuela. Esto en medio de la escalada de tensión entre una posible invasión a Ucrania y los intentos de expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el apoyo de Estados Unidos. Sin embargo, desde hace más de 10 años la cooperación entre Moscú y Caracas es estrecha.
El Tiempo conversó con Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre Segura, quien afirmó que los militares rusos estaban en todo el eje fronterizo con una presencia más fuerte en Arauca y que además habían desplegado equipos como radares para interceptar comunicaciones.
Por su parte el ministro de Defensa de Venezuela, general Vladimir Padrino López, también respondió a las acusaciones de Colombia formuladas por su par Diego Molano, indicando que en ese país existen bases de Estados Unidos convirtiéndose en un “apéndice del Comando Sur en nuestra América”.
La operatividad de ejércitos extranjeros en territorio venezolano es información que circula desde hace años. Cubanos e iraníes también conformarían el grupo de soldados con presencia en el país.
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