El termómetro es el aparato que mide la temperatura. Alemania ejerció de termómetro de una España que nos había calentado con su primera victoria en un Mundial pero que volvió a mirar hacia arriba con vértigo.
El sabor agriculce que dejó la victoria ante Sudáfrica en el estreno trajo consigo un doble cambio en el once de Vilda sacando del plan inicial a Vicky y Amanda y dando entrada a Meseguer y Nahikari con la intención de contener el centro del campo e incomodar la espalda de las centrales. La perla de Urnieta cumplió su papel desde el pitido inicial y aprovechó la rapidez de la alfombra mojada -diluvió el primer cuarto de hora- para plantarse dos veces cara a cara con la portera: la primera se entretuvo en una concatenación de pases y la segunda disparó excesivamente cruzado.
España demostró en 42 minutos que tiene cositas para hacer frente a las grandes. Nos falta físico, intensidad y experiencia, pero de calidad y ganas vamos sobrados. Deberán ponerse el vídeo de este partido en el futuro para confiar en que se puede jugar de tú a tú ante cualquier selección del mundo. Maniató a Alemania, número 2 del ranking FIFA, liderada por una Torrecilla descomunal -en lo táctico y lo físico- y aguantó la rabieta alemana con dos mariscalas como Paredes y Mapi en el centro de la zaga.
Un error letal
Todo iba sobre ruedas hasta que un fallo de patio mayúsculo permitió que Alemania estrenara el marcador. Un centro lateral de Huth fue cabeceado por Popp al borde del área chica. Paños despejó con una buena estirada, pero el balón quedo muerto y Torrejón se durmió hasta el punto de verse superada por Däbritz, que llegó desde atrás para mandar el balón al fondo de las mallas. Ya saben: 'Dale tú, llegas tú. Oh, no'. Gol psicológico, dicen.
Y es que desde entonces, España no volvió a ser España y Alemania comenzó a ser Alemania sin terminar de convencer a nadie. Defraudó el bicampeón del mundo para quien le considera en la terna de favoritos al trono mundial. Se limitó a contemplar en su campo y salir al contragolpe. Más físico que calidad y muy poca pólvora arriba.
El juego se aceleró, a veces de manera involuntaria e imprecisa, y eso suele favorecer al equipo que va por delante en el marcador. A España no le faltó voluntad para voltear la situación. Vilda movió el banquillo dando entrada a Lucía, Guijarro y Bonmatí, tres veinteañeras con más pulmones que Phelps. Lástima que salieran en un escenario tan abrupto en cuanto a juego y resultado. Las alemanas pararon con faltas lo que no pudieron frenar con juego y la árbitra pemitió más de lo debido en ciertas acciones.
Lucía volvió a hacer del carril derecho una auténtica autopista. Por esa banda llegaron buena parte de las acciones ofensivas del equipo en el segundo acto. Forzó una falta en la frontal que Torrejón estrelló en la barrera; desbordó en línea de cal; sorpendió tirándose al centro; combinó con Nahikari y Jenni en la frontal. Schweers tendrá alguna pesadilla con ella. Seguro.
El problema fue el de siempre ante las primeras potencias mundiales: la falta de gol. Quizá hoy [por ayer] se pueda justificar con la falta de fortuna o acierto, que muchas veces más de la mano, porque el domino de juego al que nos tiene acostumbradas esta España vino acompañado de ocasiones. Esta vez sí.
El pulsómetro es el aparato que vive el ritmo cardiaco. El próximo lunes España se jugará su futuro en el Mundial de Francia ante China aún con todo en el aire. Tan pronto podrían pasar como primeras de grupo como volverte a casa a las primeras de cambio. Será una tarde de las que tildan 'no apta para cardiacos'.
FICHA TÉCNICA:
1 - ALEMANIA: Schult, Hendrich (Buhel, 46'), Hegering, Oberdorf (Magúll, 64'), Goessling, Huth, Popp, Däbritz, Gwinn, Schweers, Doorsoun.
0 - ESPAÑA: Paños, Torrejón, Paredes, Mapi, Corredera, Meseguer (Guijarro, 66'), Torrecilla, Mariona (Lucía, 59'), Alexia (Nonmatí, 78'), Jenni, Nahikari.
GOLES: 1-0, Däbritz (43').
ÁRBITRA: Kateryna Monzul (Ucrania). Amonestóna Schweers (63')