Marco Barrera: La hermandad de México y Colombia, literatura y deseos de paz
México será el país invitado de honor a la Feria del Libro de Bogotá 2023. Una conversación sobre sus planes para el pabellón con respecto a la literatura, el cine, la plástica y temas de paz.
¿Qué significa para usted que México sea el invitado de honor de la Feria del Libro de Bogotá, teniendo en cuenta nuestras relaciones como países latinoamericanos y nuestros lazos literarios?
Creo que el hecho de que vayamos a trabajar con el lema de “Raíces y encuentros por un futuro de paz para nuestra América” es algo muy significativo, porque tanto ustedes como nosotros estamos trabajando para encontrar esa paz. Después de haber firmado un tratado de hermandad entre ambas naciones tras los procesos de independencia, me parece algo muy significativo. Es un año en el que se unen muchas cosas, por eso trabajaremos para tener una expresión artística que deje plasmada esa unión y ese propósito de generar una cultura de paz a través, también, de festejar los 100 años del muralismo mexicano. Esta fue una expresión plástica que sirvió durante el proceso posrevolucionario en México. Fue un mecanismo de acercamiento para la gente que no tenía o no había pasado por un proceso de alfabetización sobre la historia de nuestro país. La hermandad de Colombia y México está marcada por la plástica, el deseo de paz, la literatura y el amor por la lingüística.
El eje del pabellón de México será “Raíces y encuentros por un futuro de paz”. Hablemos de los efectos de esas ideas y esos lazos en materia de paz, un anhelo por el que trabajan México y Colombia...
Fue muy enriquecedor y agradable haber escuchado las palabras de la ministra de Cultura, Patricia Ariza: la cultura es uno de los vehículos fundamentales para lograr ese estado de paz. Hay muchas formas de hacerlo y creo que los países siempre han buscado ese equilibrio que evite la confrontación en las sociedades. En nuestros casos, es un anhelo que ahora está coincidiendo con momentos de cambios en ambas naciones. de reflexión, de poder quitarle fuego a esta locura del enfrentamiento y la irracionalidad. Ese es uno de los vehículos más eficaces. Mientras más jóvenes estén pensando en el arte, menos base social tendrá la organización criminal.
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En términos literarios, ¿cómo se nos percibe en su país, teniendo en cuenta a figuras como Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis, pero, además, cómo se vive o se consume la literatura colombiana en México?
Somos hermanos en ese sentido también. La ministra y los que participaron en la conferencia que anunció la invitación de la Feria hicieron mención a un hecho que es muy real y yo lo traté de sintetizar: García Márquez y Mutis se volvieron mexicanos, también como, de alguna manera, nos volvieron colombianos a todos los que los leímos. Hoy en día hay otras expresiones y no quiero pensar que se crearán las condiciones para un nuevo boom latinoamericano, porque ese fue un asunto que estuvo muy relacionado con temas comerciales y que nos llegó de Cataluña. Es decir, fueron muchas las acciones que crearon ese fenómeno. En este caso y en este momento, podemos ver que sí hay un gran ímpetu en la escritura de nuestros jóvenes en todo el continente, algo que creo que debemos promover. Ellas agradecerán que generemos espacios necesarios para que nos encontremos en torno a sus obras.
Sobre esas nuevas autorías y el fomento a la lectura, ese es un asunto que aquí nos preocupa porque, aunque estamos leyendo más, no estamos leyendo lo suficiente. ¿Cómo les va en este aspecto? ¿Qué diría sobre los indicadores de lectura en México?
Es difícil fiarse de los indicadores: se basan en la venta de los libros y no en la lectura, que se da de muchas maneras. Nosotros lo constatamos porque estamos, constantemente, haciendo eventos con auditorios llenos de niños, jóvenes y adultos, que están leyendo. Y hablo también de zonas muy alejadas. Nos damos cuenta de que ese fenómeno es un indicador claro del interés que hay por la lectura. El problema es cómo acercar el libro a la gente, el problema es el precio y que sigamos pensando que un costo bajo no se lo merece un gran autor, que lo que más puede agradecer es que sus libros lleguen a más manos y que se lean. Estamos desarrollando clubes, salas de lecturas y muchos mecanismos para que la gente se reúna en torno al libro. Se abrirá, por ejemplo, una nueva librería del Fondo en Cartagena y hablamos sobre el interés que hay de generar unas canoas literarias que vayan a las islas más lejanas en donde no hay bibliotecas, librerías ni libros.
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Ahora que menciona la librería en Cartagena, ¿cómo van esos preparativos? ¿Para cuándo se proyecta la apertura?
Vamos muy bien. La universidad en la que se abrirá tiene un espacio fantástico. Es decir, las condiciones son inmejorables. Es una universidad que tiene cerca de 50.000 miembros entre estudiantes, trabajadores y maestros, pero, además, será un lugar para toda la comunidad de Cartagena. Fue muy interesante decidir eso también. Haremos una selección compartida y espero que en tres meses ya podamos tenerla la lista. ¿En qué se basará la curaduría para la muestra de cine mexicano y para lo que expondrán en términos de muralismo? En México existe el Incine, un instituto mexicano dedicado al fomento y la promoción de cine. Vamos a trabajar con ellos en esta curaduría, que se enfocará en lo reciente, lo más actual, desde el documental hasta el gran cine y veremos que podemos hacer en ese sentido. En cuando al muralismo, tendremos libros alrededor de ese tema y ya los estamos editando con el Palacio de Bellas Artes, pero también recrearemos un espacio en el que habrá un encuentro de artistas durante la feria para generar un gran mural. Esa será la forma más directa de poner el muralismo en el centro del pabellón mexicano en Bogotá.
¿Qué significa para usted que México sea el invitado de honor de la Feria del Libro de Bogotá, teniendo en cuenta nuestras relaciones como países latinoamericanos y nuestros lazos literarios?
Creo que el hecho de que vayamos a trabajar con el lema de “Raíces y encuentros por un futuro de paz para nuestra América” es algo muy significativo, porque tanto ustedes como nosotros estamos trabajando para encontrar esa paz. Después de haber firmado un tratado de hermandad entre ambas naciones tras los procesos de independencia, me parece algo muy significativo. Es un año en el que se unen muchas cosas, por eso trabajaremos para tener una expresión artística que deje plasmada esa unión y ese propósito de generar una cultura de paz a través, también, de festejar los 100 años del muralismo mexicano. Esta fue una expresión plástica que sirvió durante el proceso posrevolucionario en México. Fue un mecanismo de acercamiento para la gente que no tenía o no había pasado por un proceso de alfabetización sobre la historia de nuestro país. La hermandad de Colombia y México está marcada por la plástica, el deseo de paz, la literatura y el amor por la lingüística.
El eje del pabellón de México será “Raíces y encuentros por un futuro de paz”. Hablemos de los efectos de esas ideas y esos lazos en materia de paz, un anhelo por el que trabajan México y Colombia...
Fue muy enriquecedor y agradable haber escuchado las palabras de la ministra de Cultura, Patricia Ariza: la cultura es uno de los vehículos fundamentales para lograr ese estado de paz. Hay muchas formas de hacerlo y creo que los países siempre han buscado ese equilibrio que evite la confrontación en las sociedades. En nuestros casos, es un anhelo que ahora está coincidiendo con momentos de cambios en ambas naciones. de reflexión, de poder quitarle fuego a esta locura del enfrentamiento y la irracionalidad. Ese es uno de los vehículos más eficaces. Mientras más jóvenes estén pensando en el arte, menos base social tendrá la organización criminal.
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En términos literarios, ¿cómo se nos percibe en su país, teniendo en cuenta a figuras como Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis, pero, además, cómo se vive o se consume la literatura colombiana en México?
Somos hermanos en ese sentido también. La ministra y los que participaron en la conferencia que anunció la invitación de la Feria hicieron mención a un hecho que es muy real y yo lo traté de sintetizar: García Márquez y Mutis se volvieron mexicanos, también como, de alguna manera, nos volvieron colombianos a todos los que los leímos. Hoy en día hay otras expresiones y no quiero pensar que se crearán las condiciones para un nuevo boom latinoamericano, porque ese fue un asunto que estuvo muy relacionado con temas comerciales y que nos llegó de Cataluña. Es decir, fueron muchas las acciones que crearon ese fenómeno. En este caso y en este momento, podemos ver que sí hay un gran ímpetu en la escritura de nuestros jóvenes en todo el continente, algo que creo que debemos promover. Ellas agradecerán que generemos espacios necesarios para que nos encontremos en torno a sus obras.
Sobre esas nuevas autorías y el fomento a la lectura, ese es un asunto que aquí nos preocupa porque, aunque estamos leyendo más, no estamos leyendo lo suficiente. ¿Cómo les va en este aspecto? ¿Qué diría sobre los indicadores de lectura en México?
Es difícil fiarse de los indicadores: se basan en la venta de los libros y no en la lectura, que se da de muchas maneras. Nosotros lo constatamos porque estamos, constantemente, haciendo eventos con auditorios llenos de niños, jóvenes y adultos, que están leyendo. Y hablo también de zonas muy alejadas. Nos damos cuenta de que ese fenómeno es un indicador claro del interés que hay por la lectura. El problema es cómo acercar el libro a la gente, el problema es el precio y que sigamos pensando que un costo bajo no se lo merece un gran autor, que lo que más puede agradecer es que sus libros lleguen a más manos y que se lean. Estamos desarrollando clubes, salas de lecturas y muchos mecanismos para que la gente se reúna en torno al libro. Se abrirá, por ejemplo, una nueva librería del Fondo en Cartagena y hablamos sobre el interés que hay de generar unas canoas literarias que vayan a las islas más lejanas en donde no hay bibliotecas, librerías ni libros.
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Ahora que menciona la librería en Cartagena, ¿cómo van esos preparativos? ¿Para cuándo se proyecta la apertura?
Vamos muy bien. La universidad en la que se abrirá tiene un espacio fantástico. Es decir, las condiciones son inmejorables. Es una universidad que tiene cerca de 50.000 miembros entre estudiantes, trabajadores y maestros, pero, además, será un lugar para toda la comunidad de Cartagena. Fue muy interesante decidir eso también. Haremos una selección compartida y espero que en tres meses ya podamos tenerla la lista. ¿En qué se basará la curaduría para la muestra de cine mexicano y para lo que expondrán en términos de muralismo? En México existe el Incine, un instituto mexicano dedicado al fomento y la promoción de cine. Vamos a trabajar con ellos en esta curaduría, que se enfocará en lo reciente, lo más actual, desde el documental hasta el gran cine y veremos que podemos hacer en ese sentido. En cuando al muralismo, tendremos libros alrededor de ese tema y ya los estamos editando con el Palacio de Bellas Artes, pero también recrearemos un espacio en el que habrá un encuentro de artistas durante la feria para generar un gran mural. Esa será la forma más directa de poner el muralismo en el centro del pabellón mexicano en Bogotá.