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Bogotá

Bogotá tendrá nuevo modelo de servicio de aseo: directora de la Uaesp explica qué cambiará

Bogotá

Foto:Bogotá produce alrededor de 6.000 toneladas de residuos sólidos al día.

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¿Cómo impactará las tarifas?, ¿qué pasará con los recorridos y la división de zonas?, ¿seguirá existiendo el relleno Doña Juana?

Se acerca el cambio de operadores de los servicios de barrido y recolección de residuos sólidos y de disposición en el relleno sanitario Doña Juana, y la administración del alcalde Carlos Fernando Galán ya está trabajando en establecer un nuevo esquema de prestación y de operación en Bogotá. La directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), Consuelo Ordóñez, explica en qué consiste y qué se busca.  
Consuelo Ordoñez

Consuelo Ordoñez:
​Directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp)

Foto:Cesar Melgarejo- EL TIEMPO

"Lo que hemos venido identificando es que la ciudad más limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia. Aquí lo que necesitamos es un gran proceso de cultura ciudadana, autoridad y servicio, en ese orden, porque no puedes poner a un operario de barrio detrás de cada ciudadano que hace mugre", afirma la directora.
Ordóñez además habla de cómo se está aplicando la ultima actualización del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Pgirs) que aumentó los kilómetros de barrido, las frecuencias y las áreas. 
Ordóñez es economista, con especialización en servicios públicos domiciliarios, y tiene más de 30 años de experiencia en el sector público. Se ha desempeñado como gerente de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, secretaria de Planeación de Santander y directora del Área Metropolitana de Bucaramanga y fue subdirectora del Componente Forestal en el programa MIDAS de USAID en Colombia.

¿Realmente se están aplicando esos aumentos?

Sí. El año pasado la administración anterior hizo una revisión del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos que, entre otras cosas, prevé identificar cuántos kilómetros se requieren barrer en las distintas zonas para poder tener una ciudad limpia y en ese momento tomaron la decisión de implementar casi 260.000 kilómetros  nuevos a barrer, que no quiere decir que se incremente en calles, sino en la frecuencia con la cual se barren las calles.
 Si había barrios, por ejemplo, que tenían dos veces a la semana barrido, gracias a la decisión de ampliar los kilómetros, ahora serán tres veces; si había algunos parques o algunas plazas que no se barrían, tomaron la decisión de incluirlas dentro de las áreas de barrido; eso hizo efectivamente que se aumentaran los kilómetros y ese es el número de kilómetros que se pone en la fórmula tarifaria y eso genera un aumento de la tarifa en la prestación del servicio público de aseo, en el componente de barrido y limpieza.

¿Se han establecido algunas áreas estratégicas donde se iba a incrementar estos kilómetros de barrido, estas mayores frecuencias?

Por ejemplo, en el centro de la ciudad se barre cuatro 4 veces al día, es decir, 28 veces a la semana, y aun así se ve en muchos espacios que la ciudad no está tan limpia como se quisiera. Lo que hemos venido identificando es que la ciudad más limpia no es la que más se barre sino la que menos se ensucia. Aquí lo que necesitamos es un gran proceso de cultura ciudadana, autoridad y servicio, en ese orden, porque no puedes poner a un operario de barrio detrás de cada ciudadano que hace mugre.
En medio de la protesta por su inminente salida de la empresa Aguas de Bogotá, estos trabajadores, como muchos otros, siguieron adelante con su labor de aseo de la ciudad.

Labor de barrido de calles

Foto:Hugo Parra

A propósito del Centro, en la zona del Centro Internacional están inconformes porque no sienten que se esté cumpliendo lo establecido en el Pgirs...

Frente a esa queja ciudadana lo que hacemos es trasladarla a la interventoría para que le haga un seguimiento en campo. Lo que hasta hoy la interventoría me ha dicho es que se cumple lo que la Administración anterior previó en ese incremento de kilómetros de barrido. 
Sin embargo, para la definición del nuevo esquema de aseo que le corresponde a esta Administración, vamos hacer una revisión detallada de esos temas, porque sí hay mucha gente que está molesta, hay mucha gente que dice: ‘bueno, estamos pagando una tarifa un poco más alta y no vemos el impacto en una ciudad limpia’. Ahora bien, primero cultura; después, autoridad y tercero, servicio.

¿El Pgirs significó un incremento en el costo del servicio de aseo?

Sí ha habido un incremento. La fórmula tarifaria establece un valor por kilómetro y eso se multiplica por el número de kilómetros; si hay más kilómetros, pues aumenta la tarifa.

Para el estrato cuatro, que paga el servicio sin subsidios, tengo entendido aumentaba en 4.438 pesos

Eso será solamente en barrido, porque la tarifa en total son 35.000 o 33.000, dependiendo del área, porque cada área tiene una tarifa particular, y además de factores como el transporte hasta Doña Juana; esa cantidad de kilómetros, que son absolutamente improductivos, costosos, que contamina la ciudad, eso es más costoso que si tuviéramos un sitio más cercano a dónde llevar nuestros residuos.
Limpieza

Limpieza de calles

Foto:Archivo particular

¿Todos esos componentes pueden afectar o hacen percibir que el aumento es mayor?

Exactamente. Todo eso hace que aumente la tarifa del servicio, que ha venido efectivamente creciendo, no tan grande, pero sí se ha sentido, sobre todo en los estratos más bajos, a pesar de que estos estratos tienen subsidio.

Usted habla de un nuevo modelo, ¿se proyecta cambiar el actual modelo de aseo en Bogotá?

Es un nuevo esquema de prestación del servicio público domiciliario de aseo. Hoy trabajamos en cumplimiento de una concesión que se otorgó el año 2017 y que va del 2018 a 2026. En febrero de 2026 esas concesiones terminan y nosotros tendremos que haber hecho una nueva definición de cuál es la calidad, los componentes y la intención de prestar un servicio público domiciliario de aseo que nos lleve de ese modelo lineal que existe hoy, recoja, barre, transporte y lleve y entierre en Doña Juana, a un modelo de economía circular, que queremos implementar.
Es un modelo que además integre a los recicladores, formalice la actividad del reciclaje, dignifique esta tarea tan importante para la ciudad, para el país, para estas poblaciones que han estado en esa condición de vulnerabilidad, pero que al usuario le genere tranquilidad, beneplácito el pagar una tarifa para tener su ciudad más limpia, para aprovechar más materiales que pueden ser recuperables, para producir un entorno mucho más amable y para dejar de contaminar la ciudad, llevando solamente a un nivel de enterramiento controlado, que es lo que tenemos hoy en Doña Juana.

¿Ese nuevo modelo puede replantear también la distribución de la ciudad por zonas?

Sí, va hacer un cambio real, un cambio que nos permita hacer realidad o avanzar hacia ese concepto de basura cero que está en el Plan Nacional de Desarrollo, avanzar en procesos de transición energética, porque buena parte de los materiales que hoy consideramos desechos pueden convertirse en energía, a través de biogas, de metanización, de la utilización de residuos que se pueden convertir en combustibles.
Pero adicionalmente, insisto, que nos permita reducir ese tiempo improductivo del largo trayecto de llevar todo el material a Doña Juana y, por el contrario, podamos hacer un modelo mucho más circular, más inteligente, que nos permita aprovechar los residuos y así generar una ciudad más limpia, más amable y más sostenible.

Hace mucho tiempo se viene hablando de aprovechar más los residuos, ¿qué lleva a pensar que sí lo vamos a hacer?

Nuestra meta es reducir un 30 por ciento los materiales que, al final del período, se llevan a Doña Juana. Es decir, hoy a Doña Juana llevamos 6.000 toneladas diarias de residuos, más o menos 160.000 al mes en la recolección ordinaria y más o menos 20.000 al mes en la recolección de puntos críticos y de arrojo clandestino. Eso una situación gravísima para Bogotá.
Lo que queremos hacer es de esas 180.000 toneladas mensuales o 6.000 diarias, reducir el 30 por ciento, aprovechándolo tanto a través de una recolección selectiva, ordenada, que parta de un proceso de selección en la fuente, que nos garantice formalizar la actividad del reciclaje, como aprovechando muchos de los materiales que hoy los llamamos no aprovechables, pero que realmente sí se pueden aprovechar para generar nuevos procesos productivos.

También se ha vuelto crítico el tema de los recicladores en la ciudad y hay quejas. ¿Qué están planteando para el reciclaje?

La gente va a ver que tienen 1.000 pesos menos en la factura, que no son representativos

Precisamente la idea es que la recolección en Bogotá pueda ser selectiva, que podamos tener los tres días a la semana que se recoge el residuo ordinario, pero que tengamos el vidrio, papel, el metal, el cartón en otra bolsa, que se recoja en otra frecuencia y que se garantice que esa recolección no tiene que ser escarbando entre los materiales, como sucede hoy, sino que todos los usuarios, unidades residenciales, edificios, comercios o casas entreguen los residuos relativamente separados y se recojan selectivamente para que podamos garantizar que estos recicladores no tengan que hacer esa tarea.
¿Qué queremos? Formalizar esa actividad y que tengamos, como lo dice la meta el Plan de Desarrollo, 5.000 nuevos empleos formales en la recolección del reciclaje y que todos los bogotanos nos sintamos muy orgullosos de contribuir separado nuestros residuos en la fuente.

No todas personas hacen el reciclaje. ¿Cómo concienciar a los ciudadanos para que desde la casa hagan la separación?

Es un cambio cultural en el que estamos empeñados a través de varias instancias. Una, la divulgación. Esto tiene que ser una tarea de todos, de los medios de comunicación, de las redes sociales, de la gente diciendo es una contribución sencilla. El plástico, el cartón, incluso el trapo limpio lo pueden poner una bolsa; no le estoy pidiendo que tenga 25 bolsas, como en Suecia, Dinamarca, no, aquí podemos tener dos, y con eso vamos a lograr una primera selección. Mucha gente no lo hace porque hace la tarea y después viene el carro y revuelca los materiales con la misma recolección.
Centro de acopio de reciclaje.

Centro de acopio de reciclaje.

Foto:Archivo particular

¿O sea que habrá recolección de esos elementos?

Recolección selectiva. Recolección para materiales ordinarios, orgánicos y de otro tipo, pero también recolección para el vidrio, el plástico, el metal, el papel, el cartón en otra frecuencia.
La segunda cosa es que hay instalaciones en donde esa recolección que no va a hacer el 100 por ciento selectiva y que va hacer un tema gradual, mientras vamos entrando en esa conciencia, podemos llevar esa recolección que aún tiene materiales que pueden ser reciclables y hacer una separación mecánica. Eso ya existe en muchas partes del mundo. Dentro de Ciudad de México, por ejemplo, hay 20 ciudades y ya cada una tiene una instalación a donde llega el vehículo y se hace un proceso de selección mecánica; también con personas con recicladores en bandas se logra hacer otro porcentaje.

 ¿Qué va a pasar con los recolectores?

Estarán vinculados en esa tarea.

¿Los vincularán en empresas que hagan esa tarea?

Ellos están organizados, lo que hay que es fortalecer esas cooperativas y garantizarles a los recicladores que puedan hacer la recolección selectiva en las condiciones de eficiencia, de calidad, de formalización y de dignificación que se requiere para que logremos, en cierto modo, equipararnos entre la recolección de residuos ordinarios y la recolección de residuos inorgánicos.

¿Habrá algún beneficio para el ciudadano en la tarifa?

Eso puede llegar a ser, no lo descarto, pero muchas veces es tan pequeño el impacto en la tarifa… es que la tarifa tiene demasiadas cosas: la recolección y el transporte de los materiales hasta el sitio de disposición final, el barrido y la limpieza de calles, que no se verían afectados por este tema de recoger selectivamente. Tiene lo que llamamos el club, que es poda, limpieza de puentes, corte de césped.

La tarifa tiene tantas cosas que cuando se dice se va reducir en este componente, la gente va a ver que tiene 1.000 pesos menos en la factura, que no son representativos.

También tiene la comercialización de la factura, es decir, el pago por facturar y por llevar la factura a la casa. Tiene la disposición final y el tratamiento de lixiviados. Tiene tantas cosas que cuando se dice se va a reducir en este componente, la gente va a ver que tiene 1.000 pesos menos en la factura, que no son representativos.
Si logramos identificar sectores donde se está haciendo muy bien la tarea y recuperamos mucha cantidad de materiales, esos sectores sí pueden ser beneficiados con algunas actividades del beneficio comunitario, ese es el tipo de cosas que creemos que funciona más.

Me sorprende cómo lleva  dos meses y medio y ya tiene todo una estrategia  planeada para lo que será el nuevo modelo de recolección y disposición...

No dormimos, soñamos con que la ciudad se vuelva realmente sostenible, que haga de calidad la económica circular y que tengamos una ciudadanía activa, participando en ese proceso de económica circular.

¿En qué fecha de 2026 vamos a tener un nuevo modelo?

En febrero de 2026.

¿Es un revolcón para la ciudad el tema del aseo?

Esperamos hacer un cambio significativo. Como le decía, esperamos garantizar que Bogotá sea pionera en Colombia en moverse de ese modelo lineal a un modelo circular que nos permita reducir la cantidad de materiales que hoy se entierran en Doña Juana.
Relleno Doña Juana

Relleno Doña Juana

Foto:Archivo particular

Entonces, ¿ese nuevo manejo va a tocar  la disposición en Doña Juana?

Sueño con que la próxima licitación se la gane el operador que menos utilice el relleno y no al que lleve más, como sucede hoy. La idea es que podamos eliminar ese transporte improductivo de largo trayecto hasta Doña Juana, que llegue allá sea lo menos posible y que podamos garantizar que el enterramiento controlado, ese sistema que tenemos en Doña Juana, se recupere de tal manera que dejemos de contaminar el río Tunjuelo y que tengamos de verdad un modelo circular de economía.

Con tecnología, el operador de Doña Juana está aumentando la capacidad del relleno, ya no se habla de que se copará en 2024, sino en 2026 o 2027, ¿eso no se puede volver un inconveniente para el nuevo modelo?

No podemos seguir pensando en una termovalorización de 6.000 toneladas diarias

No, por el contrario, CGR ha estado pendiente del desarrollo de esta propuesta y también es consciente que no podemos seguir enterrando la cantidad que estamos enterrando hoy. 6000 toneladas diarias de residuos no tiene ningún sentido, eso no cabe en la cabeza de nadie que tenga proyección de futuro, que vea en la economía circular, que vean en los modelos de ciudades sostenibles una posibilidad de tener una mejor vida en el futuro.

¿Van a revivir la idea de la termovalorización?

No necesariamente, hay muchísimos modelos. No podemos seguir pensando en una termovalorización de 6.000 toneladas diarias, porque eso no acaba con lo que hoy tenemos, que es pasear por todo Bogotá, desde la calle 245 hasta la menos 50, eso no tiene ningún sentido. Debemos pensar en cómo reducimos ese transporte improductivo de largo trayecto, cómo generamos un verdadero modelo de recirculación de los materiales y cómo minimizamos la cantidad de desechos.

¿Qué ha pasado con el caso del operador que habría hecho un cobro adicional desde 2018 a los usuarios?

No es competencia nuestra controlar y vigilar el tema tarifario, entiendo que sí va a haber un pronunciamiento de la Superintendencia de Servicios Públicos. Tenemos entendido que el operador cobró sobre algunos kilómetros de barrido adicionales que consideró eran necesarios hacer, para tener más limpieza en la ciudad, pero que estaban un poco excedidos frente al Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos. Esa será una decisión de la Superintendencia y que nosotros tenemos que acatar.

¿La Uaesp no ha tomado ninguna decisión al respecto?

No, a la Uaesp eso no le corresponde, el control tarifario es competencia de la Superintendencia, pero sí entiendo que eso quedó solucionado el año pasado con la actualización del plan.

¿Qué ha pasado con el recurso de reposición contra el fallo del tribunal de arbitramento que condenó a la Uaesp con el pago de 65.000 millones de pesos al operador de Doña Juana?

Hubo un recurso de reposición y todavía no ha habido ninguna decisión del Consejo de Estado, esperamos próximamente un fallo, y lo que la justicia decida será lo que nosotros tenemos que acatar.

¿No ha sido fácil ese operador?

No, no ha sido fácil, en la vida los retos son oportunidades y entre más difíciles sean mayor satisfacción te genera la oportunidad que eso te da. Estamos convencidos de que cada problema que encontramos en la Unidad, sea en aseo o en recolección, en barrido y limpieza, o en disposición final o en alumbrado público o con Enel o con los cementerios, todos son temas complicados, pero cada uno de ellos es un reto, cada uno nos da una oportunidad de servirle a Bogotá de una mejor manera.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editor de Bogotá
REDACCIÓN EL TIEMPO

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