A menos de un año del proceso electoral de 2024, en diferentes partes del país ya se observa la oferta de empleos temporales para actividades en torno a las elecciones.

Por ello, un cuestionamiento que surge en la entidad es si generarán empleos las elecciones de 2024 en Puebla.

Para responderlo hay definiciones sobre la derrama económica de los procesos electorales, algunas previsiones que se hicieron en años pasados e incluso ejemplos que ya se observan en sitios de búsqueda de trabajo.

Actualmente, plataformas como la de Indeed reconocen en una categoría los empleos relacionados con las elecciones.

En el listado consultado al 13 de septiembre de 2023 no hay ofertas para Puebla, sin embargo, en otros estados se observan contratos de manera temporal para el proceso electoral.

Esto para especialistas en el Instituto Nacional Electoral (INE), institutos estatales y en áreas de empresas privadas de soporte técnico, publicidad, la realización de encuestas, entre otros.

El INE, por ejemplo, tiene ofertas que van de los 12 mil a los 30 mil pesos mensuales en áreas como los asistentes distritales, analistas y operadores técnicos que reportan los sueldos más bajos, mientras que los analistas cuantitativos informáticos y quienes implementen sistemas informáticos se contratan con los montos más altos.

Fuera del servicio público hay también algunas ofertas laborales como las de analistas de temas políticos para monitoreo de campañas que llegan a pagar desde 14 mil pesos en la Ciudad de México.

En Guanajuato a los asesores jurídicos externos para procesos electorales les pagan entre 19 y 24 mil pesos, según otra oferta.

Mientras que otros trabajos en el área de sistemas para emplearse en el proceso electoral como los que manejan empresas de Culiacán pagan entre 12 mil y 15 mil pesos mensuales.

Sobre la derrama económica electoral hay definiciones en espacios como el blog de Apertura Intelectual, donde el autor Gustavo Antonio Reyes Sánchez, a cargo de un proyecto de desarrollo de negocios, expuso qué es y como se manifiesta.

Según su texto se define como el impacto económico generado por el proceso electoral que puede tener implicaciones económicas significativas, especialmente los países con comicios frecuentes y donde se gastan grandes cantidades de dinero en campañas políticas.



De acuerdo con este autor, hay al menos cinco formas en que los procesos electorales pueden generar trabajo durante una temporada.

Una de ellas son las campañas políticas en las que los partidos y candidatos destinan recursos económicos y que se traduce en publicidad, propaganda, eventos, personal contratado para las actividades y otros gastos asociados.

También destaca como primordial el empleo temporal que puede servir para la realización de actividades relacionadas con la logística, organización de eventos y otros más.

Para el autor de este blog también hay un incremento en el consumo de bienes y servicios relacionados con el proceso, como podrían ser los de impresión y diseño gráfico para la producción de materiales de campaña, alquiler de espacios, entre otros.

Finalmente, agrega que habría que considerar al turismo electoral, pues algunos procesos tienen observadores internacionales, periodistas y turistas interesados en presenciar el proceso que se traduce en ocupación hotelera, contratación de servicios de transporte y gastos en restaurantes y comercios locales.

Una reflexión que realiza el autor es que se debe considerar que la derrama económica de las elecciones puede tener puntos positivos y negativos.

Entre lo malo están los gastos excesivos de campaña y la falta de transparencia financiera, sin embargo, también reconoce que es una oportunidad que tienen los países en procesos electorales para dinamizar la economía y generar oportunidades de empleo temporal.

Aunque no es un tema tan analizado, sí hay ejemplos que pueden orientar a cómo las elecciones que se efectúan en México tienen una derrama económica.

En 2017, por ejemplo, durante el proceso electoral antepasado del gobierno del Estado de México, su Secretaría de Economía expuso que tendrían una derrama económica cercana a los 3 mil millones de pesos.

Esto, pues el entonces gobierno de ese estado sostuvo que los recursos de los partidos políticos podrían traducirse en empleos para personal en casillas electorales y otros funcionarios a cargo del órgano electoral como capacitadores, asistentes, supervisores, monitoristas, capturistas y secretarias, entre otros.

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