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Las empresas se alían para promover el rol de la mujer en el ámbito laboral

Las empresas se alían para promover el rol de la mujer en el ámbito laboral
05 de junio de 2018 - 00:00 - Gerónimo Altamirano

En los últimos años se han despertado varios movimientos en contra de la violencia de género, el acoso y la brecha salarial, tópicos que han marcado a la sociedad.

En este último aspecto, nadie se ha salvado, prueba de ello son las actrices de Hollywood que, a pesar de estar rodeadas de fama y fortuna, también han sido víctimas de estas malas prácticas.

Pero también están los países que trabajan contra la desigualdad salarial. Islandia, por ejemplo, es el primero en el mundo en donde, desde el 1 de enero pasado, prohíbe a las empresas diferenciar entre hombres y mujeres que realizan una misma actividad.

En Alemania, las empresas que cuenten con más de 200 empleados deben pagar igual sueldo a todos sus trabajadores que tengan el mismo rango ocupacional.

En Ecuador, el artículo 331 de la Constitución vigente desde 2008 señala que el Estado garantizará a las mujeres igualdad en el acceso al empleo, a la formación y promoción laboral y profesional, a la remuneración equitativa, y a la iniciativa de trabajo autónomo.

Prohíbe, además, toda forma de discriminación, acoso o acto de violencia de cualquier índole, sea directa o indirecta, que afecte a las mujeres en el trabajo.

¿Pero realmente se cumple está disposición? Existe preocupación en varios sectores sobre cómo la desigualdad afecta a la productividad y desarrollo del país.

Luis Sánchez, director del Banco Central del Ecuador en Guayaquil, explica que el desarrollo de la sociedad depende de 3 factores fundamentales: crecimiento económico, la dinámica del mercado laboral y la protección social con la participación igualitaria de todos sus miembros sin distingo ni discriminaciones de toda clase.

Sin embargo, explica que hasta la fecha no se han derribado las barreras que impiden que las mujeres participen en todos los espacios de la sociedad con las mismas oportunidades que el hombre, a pesar de la lucha de varios movimientos internacionales que, desde el siglo pasado, han logrado modernizar la legislación laboral en varios países.

Aquello ha incidido en que la mujer tenga carencia de recursos propios y  poco acceso a financiamiento, lo cual dificulta su inserción en la economía nacional y su independencia económica, eso la coloca en desventaja con relación a su pareja.

Brechas de género en cifras
Según el Foro Económico Mundial, la probabilidad de que las mujeres participen en el mercado laboral sigue siendo casi 27 puntos porcentuales menor a la de los hombres y, además, tienen en promedio un 10% menos  de acceso a una cuenta en una institución financiera.

En Ecuador, el panorama no es más alentador.  En diciembre de 2017, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó un informe que señala que el 67% de las mujeres tiene un empleo no adecuado, mientras que esto sucede con el 50,5% de los hombres.

El ingreso laboral promedio de un hombre con empleo fue 1,25 veces más alto que el ingreso percibido por una mujer; más grave aún es lo referente al tiempo destinado al trabajo no remunerado. En este apartado la fuente asevera que, a escala nacional, las mujeres registran el 40,4% del tiempo no remunerado, mientras que los hombres el 13,9%.

Pero ¿qué genera estas cifras? Alicia Guerrero, docente de la Escuela Superior Politécnica (Espol), asegura que son varios los factores que inciden, siendo el académico uno de los más determinantes, debido a los estereotipos que se han formado a través de los años.

¿Qué quiere decir esto? Según la máster en Economía, existe una “feminización y masculinización” en las carreras universitarias. Esto está sustentado en la última Encuesta Nacional Urbana de Empleo y Desempleo del Ecuador, que registra los siguientes datos: las mujeres se dedican al área de la educación en un 71%, mientras que los hombres en un 29%; en humanidades, las mujeres tienen un 58% y los hombres un 42%; en los diferentes tipos de ingenierías, los hombres tienen un 85%, mientras que las mujeres apenas un 15% y en ciencias aplicadas, los hombres tienen un 61% y las mujeres un 39%.

Estereotipos en la educación
Guerrero explica que en las pruebas Ser Bachiller se evidenció que las mujeres tienen menos aptitudes para las matemáticas y esto se debe a que se las condicionó a no relacionarse con los números porque esas eran cosas de hombres.

“Desde pequeños a los varoncitos se les da Legos como juguetes y eso aporta a que desarrollen destrezas futuras en situaciones ingenieriles, mientras que a las mujeres se les daba muñecas. Muchos tal vez no lo relacionen, pero está comprobado científicamente que las carreras que elegimos están ligadas en nuestro entorno. Es por eso que recomiendo derrumbar esos mitos y comenzar a darle a los niños todas las alternativas posibles para que tengan más opciones en un futuro”.

Pero ¿qué otros factores inciden en la desigualdad salarial y de oportunidades por género? Un grupo de expertas dialogaron al respecto con DESDE CERO durante el “Encuentro por una economía equitativa desde la perspectiva de género”, organizado por el Banco Central del Ecuador. (I)

Escenarios

01

Iguales condiciones para el hombre y la mujer en los créditos bancarios
Verónica Artola, gerente general del Banco Central del Ecuador, resalta la importancia de que las instituciones crediticias faciliten los accesos a las mujeres, aunque estas estén dedicadas al hogar. “Una mujer que se dedica a los hijos también puede tener una labor de  emprendimiento, cuyos recursos no solo permitirán mayores ingresos en la economía familiar, sino que en algunos casos, generará trabajo, reduce el índice de pobreza, redistribuye y dinamiza la economía nacional”. Además, el acceso a los créditos también le permite salir de círculos viciosos de violencia física de la que muchas veces son víctimas.

“Muchas mujeres no abandonan ese círculo de violencia porque no saben qué hacer después y cómo subsistir solas”.

Artola asegura que el BCE está convencido de que la inclusión financiera será un medio para cerrar las brechas de género, reducir la violencia y reactivar la economía nacional con las nociones de mercado. Es indispensable, señala, la capacitación empresarial para formar o fortalecer el espíritu empresarial que combine la incursión en el ámbito productivo o la expansión de su actividad empresarial y además; la creación de una red de fomento de organismos públicos que trabajen en el desarrollo de la mujer. El BCE en conjunto con el Ministerio de Justicia, a través de BanEcuador destinan $ 10 millones para emprendimiento femenino. (I)

02

La igualdad de oportunidades genera el crecimiento del PIB
“La igualdad de género es más que un objetivo, es una condición necesaria para el desarrollo”, sostiene Catherine Costa, presidenta de la Cámara de Industria de Guayaquil. La empresaria explica que, según el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), existe la estimación de que si las mujeres estuvieran en el mercado laboral en iguales condiciones que los hombres, el PIB global se incrementaría en $ 28 billones (millones de millones)  para 2025.

Es por eso que resalta la necesidad de igualar las condiciones de oportunidades para la mujer en pro del desarrollo de la economía nacional. “No puede haber un desarrollo económico sin el aporte de la mujer y eso está más que comprobado”.

Es por eso que difiere de las llamadas cuotas de género que, aunque reconoce que para muchos esta medida abre una puerta para el mismo objetivo, piensa que lo que se debe hacer es crear conciencia que la equidad de género es una condición necesaria para el desarrollo económico y social.

Es por eso que recomienda que existan políticas públicas y prácticas privadas que incentiven la participación de la mujer en cada uno de los procesos de producción, la capacitación constante, formar equipos de trabajo comprometidos con sus actividades y la difusión de estos temas y las buenas prácticas a todos los sectores de la sociedad para formar una cultura de igualdad. (I)

03

Violencia de género frena el progreso y la autonomía de la mujer

Lita Martínez, directora ejecutiva del Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), explica que el 60,6% de las mujeres en el Ecuador han sido violentadas. “Lamentablemente la violencia de género es la más extendida y tolerada en la sociedad, pero que no solo los golpes, insultos o el  abuso sexual son violencia. También lo es la transgresión a los derechos de la  subsistencia que limita la independencia económica  de la mujer, dejándola expuesta al poder y manejo de la economía familiar del agresor”.

“Nos cuestionan por invertir en una reparación de la casa, comprarle algo a los hijos o hasta por de vez en cuando poner una delicatessen a la canasta básica y en el peor de los casos, te hacen sentir culpable de los problemas familiares y económicos cuando no te dejan ni salir a trabajar o no te dejan estudiar”, señala. Y concuerda con Artola y Costa en que la mujer es un instrumento para el desarrollo del país y al haber políticas de protección social y económicas se eliminan las barreras, le permiten independencia económica, la toma de sus propias decisiones libre de violencia de género y gozar del mismo acceso que los hombres a la educación y a los insumos productivos, pero más importante aún, es que “gocen de las mismas oportunidades, ideando un ambiente de convivencia sano entre ambos géneros”.  (I)

04

Sello para la Igualdad de Género para empresas públicas y privadas

Ante la preocupación que existe por la inequidad de género, el Ministerio del Trabajo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el Ecuador suscribieron el Plan de Implementación del Programa Sello de Igualdad de Género para empresas públicas y privadas. El Programa ayuda a las empresas a crear condiciones igualitarias para hombres y mujeres, eliminar las brechas salariales de género, incluir a las mujeres en sectores no tradicionales, promover el balance vida-trabajo con responsabilidad social y el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo. “Son hechos y no palabras. Ecuador también puede liderar en materia laboral, no podemos quedarnos atrás, no solo es igualar lo que otros países ya han hecho, sino mejorar y ser referente en temas tan trascendentales como es la igualdad de género y empezamos dando el ejemplo desde este Ministerio en donde las mujeres ocupan cargos directivos en áreas como finanzas, proyectos, comunicación”, reiteró Raúl Ledesma Huerta, ministro del Trabajo.

Para la ejecución del Programa Sello de Igualdad de Género, se conformará una Junta integrada por el Ministerio del Trabajo; el Consejo Nacional para la Igualdad de Género, el Comité Empresarial Ecuatoriano como socios estratégicos y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo como implementador. (I)

05

Visualización de las buenas prácticas empresariales como ejemplo

Como parte de esa revalidación del rol de la mujer en la sociedad como un ente de producción, la Federación de Cámara de Industrias del Ecuador promueve la participación femenina en los cuerpos directivos explica Catherine Costa, titular del gremio. Parte fundamental de este accionar son las alianzas estratégicas entre gremios o instituciones que promueven la participación de la mujer. “Intercambiamos criterios, experiencias y visualizamos las buenas prácticas de nuestros socios como el caso Holcim o el Banco de Guayaquil”.

Holcim lideró una capacitación femenina con sus empleadas de todas sus áreas durante 6 meses, incluyéndola incluso, en actividades que se creían solo para hombres. “Ellos cuentan con la primera mezcladora mujer y con ello rompieron ese tabú y moldes, tal como lo hizo el Banco de Guayaquil que ya pone a mujeres en cargos gerenciales”.

La Federación de Cámara de Industrias del Ecuador, junto con la organización Women for Women, capítulo Ecuador, hicieron el concurso ‘El talento no tiene género’ que consiste en evidenciar las buenas prácticas y programas que tienen los socios en equidad de género, y que estas sean un ejemplo para los demás.

La cámara promueve alianzas con universidades, instituciones públicas, ONG para capacitaciones del personal femenino de los empleados y que estas pueden ejercer nuevos cargos. (I)   

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