Semana 4 COVID

Y la empezamos como la acabamos, inmersos en las fases y pendientes de asuntos varios que no deberían haber aparecido nunca en nuestras agendas y que casi nos hacían gracia cuando formaban parte de algún guion cinematográfico en alguna peli de la tele, lo malo es que las fases y los estados de alarma desaparecerán pero las consecuencias seguirán vigentes durante muchos meses más, pero si nos ceñimos al tema que nos ocupa aquí se puede decir que el cambio más importante respecto del deportista no federado es que hemos entrado en la fase 2 y se puede practicar deporte todo el día respetando, eso sí, las franjas horarias de los mayores, es decir, de 10h a 12h y de 19h a 20h, y siempre dentro de los límites municipales. Esto beneficia a quién no le bastaban las horas iniciales del día y que ahora tiene una franja de 7 horas seguidas para su esparcimiento aunque eso implica comerse la solana de las horas centrales, que son las más desaconsejadas para hacer deporte de exterior en verano, por otra parte.

Toca madrugar, entonces, si se quiere aprovechar el día mínimamente, o salir de noche, que algunos fieles tiene, yo lo haré por la mañana y con la mentalidad aún de la semana anterior. Me fijo en Sant Jordi por ser una zona del extrarradio por la que no suelo pasar, merece pues una visita a modo de recordatorio y para no ir directo al grano empiezo por el camí Fondo hasta el coll d’en Rabassa por donde cruzo hasta el carril costero y por ahí a Can Pastilla para pillar a continuación el camí de Son Fangos hasta el Pii.larí y tomar el desvío de Son Sunyer hasta la carretera vella de Llucmajor la cual recorro unos metros para tomar los caminos vecinales que me van a llevar a Sant Jordi aunque sin llegar a acceder al núcleo ya que enfilo directamente el camino que sube a las urbanizaciones pasando primero por s’Oliveret, urbanización ilegal y se nota, despliegue de toda clase de vehículos de tamaño y condición junto a las viviendas levantadas al más puro estilo anárquico más un buen catálogo de restos de todo tipo y basura desperdigados, de pena.

Había observado que no hay ningún camino lateral hacia la zona de Sant Jordi en toda la subida, solamente había vislumbrado uno sobre la pantalla que se acercaba a una casa colindante justo antes de llegar al asfalto de la urbanización digamos legal, y quería comprobar si por allí se podía cruzar y enlazar. Vi una entrada que parecía interesante y me metí y lo que pude comprobar, y que me perdonen los lectores, es que aquello es un put… cagadero, y ahí me quedo en la descripción, procuré cruzar sin pisar mucho el material y efectivamente pude enlazar con un camino practicable que me llevó al siguiente, uno que sube desde el pueblo y que continué en subida hasta el final donde hay dos barreras cerradas, punto muerto, habrá que averiguar lo que haya más allá y su posible continuidad.

Tiro hacia abajo, paso sin parar por el desvío marcado como camí de Cal Xoroi y tomo el siguiente, asfaltado, que resulta ser el que va al cementerio y llego al siguiente camino que también sube, se trata del camí de Son Binissalom, asfaltado en su totalidad y que asciendo hasta llegar frente a la entrada de la posesión que le da nombre, por hoy no voy a continuar más allá. Sé que por el interior de la finca se puede enlazar con la urbanización de Son Gual pero quiero volver a recalcar que no es nada recomendable, lo que quiero encontrar, si es que existe, es otra alternativa.

Ya de bajada dejo de lado un ramal a mano derecha pero tomo el siguiente hasta el final constatando que no hay paso más allá, vamos a probar con el siguiente, el de cal Xoroi, y parece que tampoco estando aún más alejado de la divisoria pero me he fijado en un sendero marcado en una de las parcelas que tiene un aspecto interesante, queda en la lista de pendientes, y vuelvo a recorrer entero el camino para ir bajando en zigzag hasta el pueblo por los caminos que unen los principales que suben (excepto al de Son Oliveret que como hemos explicado, no llega ninguno).

Una vez abajo voy a buscar la línea directa a la Casa Blanca pero para no ser demasiado expeditivo me doy un garbeo por el camí de Cal Correu para volver a Son Ferriol y acercarme al hospital para acabar la ruta por donde la he empezado. Y fin.


El día 27 hubo novedades, al parecer las quejas del colectivo biker habían surtido efecto apoyadas, eso sí, por los expertos recalcando los buenos números de la pandemia en nuestra comunidad aunque añadiendo diversos detalles a las normativas que las hacen aún más confusas si cabe y que no voy a relatar aquí. La novedad más importante fue pasar del límite municipal al insular aunque respetando las franjas horarias de los mayores pero como estas franjas existen o no dependiendo del municipio el cacao está servido.

Por mi parte no me acuerdo que pasó ese día que me tocaba salir y no lo hice, me debí dormir, y lo pasé al día siguiente. La nueva normativa no me afectaba en demasía porque tenía pensado darme un garbeo por donde lo había dejado el día anterior y llegar hasta Son Gual aunque, vista la traza resultante, di unas cuantas vueltas que a primera vista parecen no tener mucho sentido pero que tuvieron su porqué, intentaré pues explicarme mínimamente.

Volví a la idea de enlazar la carretera vella de Sineu con la de Manacor por algún itinerario menos conflictivo que el golf y me metí por el camino del polígono de tiro y que también te lleva a la balsa de riego, la cual rodeé por la granja de CERDOS (Inciso: si alguno tiene el olfato muy sensible que coja el siguiente camino desde la carretera), pero ese camino me engañó, había alguna señal que me dio a entender que solo iba hasta unas propiedades particulares y di la vuelta aunque al parecer no es así y tiene salida a la carretera (punto a comprobar para poder afirmarlo con rotundidad), de todos modos, llegué al asfalto y por el carril de servicio fui a por dos retos, subir por el bosque en Xorrigo y bajar por el barranc de Son Gual.

Dicho y hecho, de la subida no voy a mencionar nada en especial ya que no es técnica pero sí mucho más aconsejable que la del asfalto para un tipo de bici que la pueda disfrutar aunque donde más se va a notar es en la bajada por el barranco que al menos hacía varios años que no hacía, solo el año pasado estuve por el golf buscando una salida practicable por las vallas que rodean la finca y que no encontré, es lo más cerca que estuve. Bajé el sillín y no debería haberlo hecho ya que es una bajada en la que hay que dar pedales continuamente y con las piernas encogidas cuesta más y no llevas la posición adecuada, no lo subí esperando que en cualquier momento la pendiente aumentara pero no se cumplió, es prácticamente plano y está muy cerrado de vegetación, no lo recordaba así si no mucho más limpio y diáfano, de hecho creo que lo había recorrido más veces subiendo que bajando.

El tema era ahora atravesar el golf e ir a buscar el enlace con Sant Jordi y no fue tan fácil como podría parecer, tuve que pasar por el aparcamiento para llegar al otro extremo donde hay algunas construcciones agrícolas antiguas y un camino que tomo en subida buscando esa ansiada conexión lateral que no aparece. El camino enlaza con uno de los viales de Son Gual II pero está cortado por una barrera al lado de una casa muy difícil de superar, parece que por ahí no hay nada que hacer por lo que giro en redondo y vuelvo abajo donde me topo con otra barrera, esta aún más complicada, lo que me hace volver al campo y buscar por dentro yendo a dar casi al mismo sitio con otra barrera de por medio, por todo ello, y aunque no sea de mi completo agrado voy rodeando el campo por el carril de los carritos hasta una esquina donde hay otra barrera que aunque esté cerrada logro abrir y salir al camino exterior por fin y una vez allí vuelvo atrás hasta llegar al mismo punto donde se encuentra la barrera que te corta el paso.

Lo interesante es que ese camino tiene varios ramales que podrían interesarnos y los recorro, varios de ellos son accesos a propiedades de la zona con los respectivos letreros de advertencia y que no parecen los más idóneos para mis propósitos pero hay uno que sí puede interesar y que se sigue con facilidad pero por el que tampoco pude llegar a la divisoria por lo que solo marqué traza para poder visionarlo después con más tranquilidad.

De vuelta tampoco pude pasar por las casas del pla así que tuve que ir a la carretera directo para coger el primer desvío que pude para llegar a Sant Jordi, no quería volver a casa sin antes volver a recorrer los caminos superiores y confrontar todos los datos. Crucé hasta el camino central y fui a buscar de memoria por donde había entrado en la ocasión anterior desde Son Oliver y aún por el ramal correcto no vi la entrada del sendero por lo que volví atrás y fui a recorrer el otro sendero al que le había echado el ojo, y estuvo bien, nada del otro mundo pero divertido y después de gastar otro poco más de energías entre subidas y bajadas, idas y vueltas bajé al pueblo y fui a buscar el camí de sa Síquia para llegar a la línea costera y volver tranquilamente al redil.

Conclusión ya casi definitiva: Son Oliver-Sant Jordi, sí, por los pelos; Sant Jordi-Son Gual, no, pero es solo casi definitiva, queda un último punto por resolver en un próximo capítulo.


Supongo que esa era mi idea inicial cuando me puse en marcha el sábado por la mañana pero lo que no hubo fue marcha, y ahora me explico. Había tenido en los días anteriores muchos problemas a la hora de ajustar las marchas del cambio, no lograba sincronizar todos los piñones correctamente, cuando no saltaban los primeros saltaban los últimos y viceversa, lo cual me tenía un poco (bastante) mosqueado pero lo del sábado ya fue la gota que colmó el vaso, y es que no di ni una pedalada, cuando lo intenté se quedó la cadena trabada y pensé que se había salido por abajo pero no podía girarla y tuve que volver a subir a casa para desmontar la rueda y es cuando me di cuenta de que se había aflojado la piñonera y estaban los piñones fuera de sitio, imposible reparación sin la herramienta adecuada.

Qué podía hacer si no pillar la otra bici, la rígida. La había montado pero aún no estrenada con esta nueva configuración con lo que ello conlleva, prácticamente tendría que ser todo asfalto, tenía no obstante una oportunidad de juntarme con algunos compañeros que partían hacia Bunyola unos minutos más tarde y aún así me dio tiempo a pararme en el taller de Emilio, el cual me prestó una llave de tubo especial para poder apretar la piñonera en el mejor de los casos sin desperfectos en el material, como finalmente así ha sido.

Aunque la ruta pasaba por algunos tramos de tierra no preveía mayores inconvenientes aunque los tiempos de la rigidez total pasaron hace muchos años, de hecho, noté mucho más el cambio de postura, mucho más aplanado y estirado que hasta ahora llegando a tener molestias en cuello y espalda después de subir el coll de Sóller, que es hacia donde me dirigí tras dejar a los compañeros en el Garrigó, a ellos y a unos cuantos más ya que la congregación era importante, era el primer fin de semana sin la restricción del término municipal y eso se notó en la asistencia en ese punto, y eso que el otro grupo que se esperaba al parecer ya había partido antes.

No llegué a bajar a Sóller, volví a Palma aunque me quise aventurar por el camí vell de Valldemossa y fue dejar el asfalto y empezar a añorarlo, el tramo no está en tan buenas condiciones como el de Son Daviu y tuve suerte de no reventar la rueda trasera en alguna raíz o pedrusco, en sitios así no disfrutas de la bici rígida así que me olvidé de la última parte que tenía pensada, el camí de Passatemps, visto lo visto preferí no arriesgar y regresé por carretera y caminos vecinales mucho más seguros.


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