También hace expresa mención a
un breve maniesto que -en este
tiempo de pandemia- Holl hizo
circular entre colegas y amigos,
en el cual expresa que la
arquitectura “debería abrazar
nuestra codependencia”.
Respecto a lo cual Chayka
reexiona que “los edicios
p u e d e n h a c e r n o s m á s
conscientes de las formas en que
e s t a m o s c o n e c t a d o s
globalmente” (III, párr.11). De
este modo las vías que propagan
el COVID-19 debieran a su vez
c o l a b o r a r a c o m b a t i r l o
colectivamente ya que “la salud
de la tierra es inseparable de la
de la humanidad” (III, párr.11).
En este caso es signicativo cómo
las ideas de Holl, propias del
pensamiento crítico hacia el
proyecto, se integran a un
contenido de divulgación más
allá del ámbito disciplinar
especializado.
En términos más especícos en
cuanto al proyecto, los cuatro
socios que integran
,
Harquitectes
David Lorente Ibáñez, Josep
Ricart Ulldemolins, Xavi Ros Majó
y Roger Tudó Galí reexionan
sobre cómo pensar hoy el
espacio en relación a su función,
si bien su obra se caracteriza por
resolver el espacio atendiendo
especialmente a su materialidad,
a la luz y su geometría. Al
respecto Ros Majó dice:
Si en los espacios no es
previsible lo que va a ocurrir
es que pueden ocurrir más
cosas […]. Nuevamente,
entra en revisión un precepto
de la arquitectura moderna
para reemplazar el concepto
de exibilidad de un espacio,
en el sentido que puede
cambiar su función por el de
polivalencia, donde prima la
ambigüedad (2020, párr.7)
Y e n e s t e c o n t e x t o d e
aislamiento, Ricart Ulldemolins
arma que “la vivienda en la que
solo veníamos a comer y dormir
se ha tenido que convertir en
escuela, ocina y demás en estos
días, es seguro que ya no valen
las recetas habituales de
espacios que solo sirven para
una cosa” (2020, párr.8). Ambos
arman que:
En nuestras casas es muy
d i f í c i l i d e n t i c a r l a
e s p e c i a l i z a c i ó n
p r o g r a m á t i c a . U n
distribuidor de 2 por 3, o de 3
por 3 se puede convertir en
un estudio; en cambio un
pasillo está tan especializado
que es muy difícil convertirlo
en otra cosa. Nuestra postura
s i e m p r e h a s i d o l a
polivalencia más que la
exibilidad, porque al nal
no hacemos otra cosa que
proyectar el uso de lo
inesperado (2020, párr.9).
En un mismo registro, Anne
Lacaton y Carina Sacher,
abordan la problemática de la
v i v i e n d a e n t i e m p o s d e
pandemia y advierten que el
llamamiento a quedarse en casa
impactó de diferente manera de
acuerdo a las condiciones de
cada vivienda. Entonces se
p r e g u n t a n “ ¿ c u á l e s l a
alternativa cuando la casa es
apenas cómoda o cuando en la
vida en comunidad existe
hacinamiento?” (2000, párr.4).
Siendo que “la crisis sanitaria no
solo ha hecho más visible la
v i v i e n d a p r e c a r i a , c o n
consecuencias económicas que
amenazan con agravar la
situación, también ha puesto de
relieve hasta qué punto la
v i v i e n d a e n g e n e r a l e s
inadecuada para el bienestar”
(2000, párr.4). Acerca de
posibles acciones proyectuales se
preguntan “¿qué podemos hacer
para cambiar esta ausencia
general de calidad en la
vivienda, y rápidamente?”
(2000, párr.4).
El estudio Lacaton & Vassal ha
implementado en su trayectoria
proyectual, la rehabilitación de
edicios. En el caso de la
vivienda colectiva promueve el
aumento de la supercie de los
departamentos existentes,
sumando espacios de expansión
y balcones porque los consideran
esenciales en este tiempo. La
adición de estos espacios no solo
resuelve una nueva piel para el
edicio, sino que mejora las
condiciones de habitabilidad de
unidades construidas, en su
mayoría, a mediados del siglo
XX. Espacios que Lacaton dene
como una “interfaz visual y física
con el exterior” (2000, párr.4),
que hoy cobran especial
relevancia ya que en ellos -en
tiempos de COVID-19- se
producen los hechos colectivos:
los conciertos, el apoyo al
personal de la salud entre otros.