ESPECIAL JEAN-LUC GODARD

ABCD... JLG

Por Jean-Luc Godard



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Antes del estreno, el 30 de diciembre, de su nueva película Soigne ta droite -que acaba de recibir el premio Louis Delluc 1987 junto con Au revoir les enfants de Louis Malle-, Jean-Luc Godard recita su alfabeto a Olivier Péretié.

De la A de los Americanos a la V de Van Gogh, pasando por el dinero, la cultura, Mailer, el cine mudo y la televisión, el alumno Godard se sabe su lección».

 

AMERICANOS: He dicho: «Ah, es una pena que el cine no se enseñe en las universidades». No me han escuchado, pero lo han hecho en Estados Unidos. Salió de los creadores medio monstruos, medio estúpidos, los Coppola, los Spielberg... El más asqueroso, y sin embargo me gustó al principio, es de Palma. Cassavetes nunca fue así. Él lo pagó personalmente. Los americanos dicen: «Very honoured, M. Godard». Y yo siempre les digo: «Can you give me ten dollars?». Entonces se ríen. Sólo uno me dio diez dólares, Mel Brooks. Me dijo: «Claro». Nos reímos mucho.

APRENDER: La gente viene a verme, me dice: «M’sieur Godard, me gustaría...». ¡Qué se imaginan! A mí me llevó diez-quince años para entrar ahí dentro. Antes les decía siempre: el cine es una foto y un lápiz. Ya lo tenéis, está inventado. Hoy hay montañas de vídeo. Sólo tenéis que empezar por vuestra vecina.

ARTE: En cierto momento, el cine era un arte verdadero al que el público podía acceder de una forma simple, clara y limpia, porque pasaba por los ojos. La música nunca fue eso. Beethoven se convierte en Madonna, Stevie Wonder dura diez años, luego se dice: «Es un has been».

BURLESCO: Siempre me ha gustado este género. Uno de los mayores artistas contemporáneos es Jerry Lewis. Sus últimas películas han pasado desapercibidas. Siempre ha sido desconocido en su país. La televisión, por el contrario, no es muy cómica. No es el sentido del humor en el sentido de Swift, Brecht, los surrealistas o Coluche.

CÁMARA: Si todavía pudiéramos hacer una cámara tal y como se hacía en 1920, es la compraría. Intenté fabricar una cámara, me llevó diez años, no lo conseguí. No se puede hacer solo, sólo sería un deseo.

CANAL PLUS: Preparo una historia del cine para ellos. Los desgraciados llevan tres años esperando, pero bueno, habré acabado en tres meses. La gente de Canal Plus son de otro tipo de televisión. Saben relativizar mejor las cosas.

CIMINO: Estoy celoso de su éxito. Si me acusaran, diría: sí, es verdad que estoy celoso. Porque no podemos ver cómo se gasta el dinero de esa forma. No se puede hacer The Sicilian con 40 millones de dólares. O bien se hace con 800 millones, o bien se hace con mucho menos. En una película de Cimino, el dinero va a los conductores de las limusinas.

CINE: El cine nunca se ha hecho. En cierto momento creí, cuando vi el cine mudo, que todo se había hecho. Es como si de repente hubiera descubierto cinco siglos de pintura. Duró hasta Pierrot le fou. Pensaba: «Pero qué puedo hacer yo, ya lo he hecho todo». Y luego, mayo del 68 me ayudó a aclararme. Hoy, sé que todo se ha hecho pero que queda todo por hacer. Pero, mientras envejezco, sé que no se hará.

COLLARO: No es un mal tipo, pero se ha equivocado. Quiso producir sus programas y venderlos, pero no se dio cuenta. La televisión son los gladiadores, aunque al menos se les paga. Pero cuando un tipo hace así (gesto de pulgar hacia abajo), hop, saltan. Nosotros, en el cine, no podemos decirnos eso.

CRISIS: Siempre hubo crisis en el cine francés. Ya se lamentaban de eso en las revistas de 1914. Pero hoy hay una crisis típicamente francesa, porque la gente de 30 a 50 años ya no van al cine. Les falta el espectáculo cinematográfico que sus padres tuvieron hasta 1945. Les falta esas películas medianas de qualité que son un elemento de comunicación, sobre las que es fácil hablar bien o mal.

CRÍTICA: Es difícil decir algo bueno o malo de Beckett. Mientras que Les Visiteurs du soir enseguida se puede decir: «¡Oh! ¡Qué exagerado! ¿Qué es esto?». El panadero de la esquina no dirá eso de Beethoven, pero lo dirá de Resnais. Siente que tiene el derecho de decirlo. Porque el cine es la visión, es un acceso directo. Todo el mundo tiene una visión. Hay una lucha eterna entre decir y ver, un poco como entre Israel e Ismael.

CULTURA: El cine no tiene nada que ver con la cultura, la música no es la cultura. La cultura es la televisión. La tele sólo vehicula la cultura. Y la gente lo necesita, lo echan mucho de menos. No llegan a encontrarla en los libros, porque hay que trabajar para leer. Pero trabajan ya ocho horas al día en condiciones increíbles.

DALLAS: Dallas es potente, es la mejor de ese tipo, en ciertos momentos estamos contentos de verla. Hay un lado documental, porque Estados Unidos es un país joven, pero cuidado, en los primeros episodios. No en Dallas nº 20.

DARTY: Darty me pidió una investigación sobre sus tiendas. Vino a verme, yo que soy Sherlock Holmes. Me dijo: «Mr. Holmes, no sabemos quiénes somos. Nos gustaría dónde estamos, Sr. Holmes». Entonces, voy a coger mi lupa y mi telescopio.

DINERO: Durante toda mi vida, sólo he hecho películas que han costado 3-4 millones de los francos actuales. Hago películas que se corresponden con un salario, digamos de 6.000 a 7.000 francos por mes. Carax tuvo para su primera película como cuarenta veces más de lo que yo tuve, al cambio constante, cuando empecé.

DOCUMENTAL: Lo que ha desaparecido en el cine es el documental. En la televisión queda la ficción de una manera perversa. Si fuera profesor, diría que el cine empezó con la noción de documental. Con Méliès y Lumière. Cada uno creía que estaba haciendo lo que hacía el otro. Cuando Lumière filmaba una partida de cartas o el desayuno del bebé, había más ficción del siglo dentro que en Méliès con Voyage sur la lune. Estaba más cerca de Proust. Si queremos ilustrar a Proust, hay que coger a Lumière.

ENTREVISTA: Hay momentos en que después de una película acepto hacer una A entrevista. Porque en el cine, aparte de una o dos personas un poco funámbulas, hay un silencio de muerte.

ESCRIBIR: Me gustaría mucho escribir libros, pero creo que moriría primero. Además, en la escritura, tengo una clara sensación de inferioridad, que no siento para nada en el cine.

ESCRITORES: Hay buenos escritores, como Duras, Faulkner o, a su nivel, Chandler. Chandler decía: «Si se fuma, si se bebe, hay que hacerlo con seriedad, con pasión, porque sigue siendo la novela» (bebía como un cosaco). Por el contrario, si Sulitzer fuma o va a casa de Boffinger mientras escribe una novela, eso no tiene relación con su novela, sino con la venta de su novela. Sulitzer no es un escrito, sino un fabricante de libros, tal y como se habla de los fabricantes de armas.

EUROPA: Europa nunca se hará, si no, ya se habría hecho hace mucho. Puede que si caen dos o tres bombas atómicas... sí. Si hubieran podido destruir Berlín, Roma, París... Eligieron destruir Berlín. Bien por ellos. Si Jean Monnet hubiera querido hacer Europa, sólo tenía que pedir a Truman que mandara una bomba atómica a París también. Bueno, protestaríamos durante un año o dos, y hoy diríamos: «Ese tipo no era tonto».

EXTRATERRESTRE: Termino por sentirme completamente extraterrestre.

FRANCIA: Francia es un país que no hace nada y que habla mucho, lo cual es una potencia enorme, reconocida por todos los países. En el consejo de ministros, la Sra. Thatcher debe preguntar a Mitterrand: «Bueno, ahora, el que no hace nada y sabe hablar tan bien, el Sr. Mitterand, nos va a decir lo que piensa, porque yo trabajo mucho, pero no sé hablar muy bien».

GRANDES PELÍCULAS: Las únicas grandes películas, las únicas películas hermosas reconocidas como tales por la crítica y el público no son treinta y seis, hay dos: son The Birth of a Nation y Roma città aperta. Son dos películas de guerra, una ultra-rica, la otra ultra-pobre.

GRIFFITH: En su época, las películas se hacían en una bobina por 1.000 dólares. Se decía: «¡Para The Birth of a Nation vamos a hacer una película en cien bobinas por 10 millones de dólares!». Es como si ahora, para Apocalypse Now, no pidieran 40 millones de dólares, sino 4 mil millones. Pero si le dan eso a Coppola, o incluso a mí, nos compraríamos coches, casas, chicas, no quedarían ni cuatro peniques para hacer la película. Griffith hizo The Birth of a Nation. Después, se replegó con Intolerance.

GUERRA: Un alemán no se comunica con un francés, salvo a través de la guerra. Comprendo que a los chicos les guste pelear, pero no comprendo la guerra. Es tan fácil pelearse con las palabras, y bueno, luego se pueden dar unos golpes. Pero la guerra... toda esa técnica. Un misterio.

INTERCAMBIO: Si hubiera intercambios culturales, me gustaría utilizarlos. Se diría: «Cambiemos a tres cineastas ucranianos por Godard». Me gustaría bastante que me cambiaran por Paradjanov. Luego, seguramente no podría hacer películas. Pero escribiría un libro y pasaría por fin por casa de Pivot, y hablaría de cine.

ITALIA: Italia ya no tiene cine y no les importa. La sensación de ser genial no les interesa.

JÓVENES: Conozco mal a los jóvenes cineastas franceses. Besson, Annaud, es el cine mediano, por eso ha funcionado. Carax va mal en ese grupo. Sufre. No se atreve a ser marginal. Nosotros siempre quisimos ser marginales, ampliar un poco el margen.

LE PEN: En la época de Le Petit soldat, Le Pen pidió mi expulsión de Francia a Michel Debré. Eso rejuvenece. 

MAILER: Es una star americana, tiene miedo de la imagen. No confío en él. Es un descendiente de Jack London, todos sus libros buenos están escritos con muertos. Necesitó a los muertos de la guerra y a un condenado a muerte. The Executioner's Song es su libro más hermoso. Pero el más honesto es su libro sobre Egipto. Debo ser uno de los pocos que lo ha leído entero. Es un sub-Sartre, pero fue allí. Si tuviera que defenderle, defender su entrada entre los escritores, ante un jurado presidido por Marguerite Duras, diría: «Bueno, señora, ha ido allí». Y los muertos le han juzgado. Le han dicho: «Norman, vuelve a tu Kentuchy, ahora». Aparte de eso, ¡Mailer gana 250.000 dólares por dos horas de rodaje!

MALLE: Es un buen chico, no muy dotado, pero lo consigue. Para él el cine era una actividad cultural. Pero si debiera decir algo en su favor, aunque sea un cineasta medio -digamos que en literatura sería un sub-Blondin-, diría que necesitó el documental. Está bien. Y luego, era feliz, lo cual yo no conseguí.

MEMORIA: Normalmente, cuando hacemos películas, nos olvidamos de la mitad de las cosas.

MONTAJE: Hay un plano antes y un plano después, y entre los dos, hay un soporte, eso es el cine. Vemos a un rico, vemos a un pobre y hay un acercamiento, y decimos: no es justo. La justicia viene de un acercamiento. Y de un equilibrio, después. La propia idea del montaje es el equilibrio de la justicia.

MUDO: Mi tesis es que la palabra en el cine mudo era mayor que la palabra en sonoro. Por lo tanto, habría que reducirla. Ocurrió en la época del New Deal, de Roosevelt y de Hitler. Desde las primeras proyecciones del cine mudo, el sonoro estaba listo. Gaumont tenía su aparato. Pero el público eligió el mudo contra el sonoro. En París, nadie fue la primera proyección del cine sonoro.

MUJERES: Ya no hay papeles de mujeres porque se quería un público joven. Y bueno, lo tenemos. Yo tengo problemas para deshacerme de la imagen de la joven, que viene de otra parte, de mi familia, de las primeras novelas que leí, Proust más que Flaubert. Para mí Madame Bovary tenía 25 años, nunca vi que tuviera 40.

NOUVELLE VAGUE: La Nouvelle Vague nació de Painlevé, de Rouch y de Rossellini. Nació del documental. À bout de souffle nació de L’Hippocampe de Painlevé, así como de Roma città aperta.

PELÍCULAS: Todas las películas, salvo quizá Star Wars -y aún así, en Darty podéis encontrar todos los aparatos que tiene George Lucas-, consiste en general en dos o tres personas que pasan de una habitación a otra. Y luego, la película se acaba.

PRODUCTOS MEDIANOS: Antes, había películas medianas de calidad. A veces de calidad superior, como Gone with the Wind. Hoy, cuando filma Claude Berri, es menos que Duvivier. Antes, Carné podía tener éxito y Duvivier también. Hoy, si se estrenan a la vez, uno recoge el dinero. Ya no hay quinientas películas medianas por año, no hay cincuenta, hay dos o tres que funcionan, gracias a una explotación extraordinaria. Resultado, entre Manon des sources y yo, no hay nada. Nada que haga de puente.

PÚBLICO: No hay. El director de mi agencia de viajes dice: «Voy a ver sus películas, porque compra muchos billetes». Pero siento que casi estaría dispuesto a decirme: «Sus padres hacían mejores películas».

SARTRE: Ayer, hablando con Marguerite Duras, intentaba defender a Sartre (ella le odia tanto como puede odiar a Marchais o yo a Spielberg). Le decía: «Bueno, no es un escritor, de acuerdo, pero siempre le defenderé porque es él quien me aportó la literatura. No fuiste tú, es él». Sartre me hizo descubrir a Duras. Puede que escriba mal, fue un mal profesor, bueno... ¿Pero y si es un traidor que me hizo conocer la libertad? ¿Si es un tránsfuga que me hizo descubrir la evasión? Además, cuando murió Sartre, la gente lloraba en la calle.

SOIGNE TA DROITE: Es mi última película, que se estrena el 30 de diciembre. No hay nada que entender. Sí que perder. Pero entender es una palabra muy grande. Hoy, en una película, se debe entender. Eso no sucedía en la época del mudo. Cuando escucho un disco de Madonna, no entiendo la letra, pero eso no quiere decir que no comprenda el disco.

SPIELBERG: Éste, si corriera los cien metros, estaría en los Juegos Olímpicos de Fontainebleau, no de Roma...

SUEÑO: Si las hubiera, por supuesto que iría a las clases de la tarde sobre los sueños. Habría que dedicarles dos horas a la semana en primaria. Pero Freud es más tabú hoy que en su época. Sin embargo, Eisenstein no es tabú, Picasso tampoco. Y todo el mundo sueña, y todo el mundo sacaría provecho de la comprensión de sus sueños.

SUIZA: Es un país que se hunde y que encoge. Pero como no hay comunicación, la gente se hunde y todos los países se convierten en Suizas. Y Suiza va a tener un problema si todos los países se vuelven como ella.

TÉCNICA: El arte será siempre Mr. Jekyll, pero la técnica es Mr. Hyde. Jekyll necesita su alianza con Hyde, pero Hyde se burla de Jekyll. Eso es la técnica hoy.

TELEVISIÓN: La televisión es nuestro propietario, es nuestro amo, nuestro príncipe... Somos trabajadores del campo y tenemos que llevar la recolección al príncipe. ¿Por qué los periódicos publican gratuitamente los programas de televisión en lugar de los horarios del tren? Es sorprendente.

VAN GOGH: No se ve a Van Gogh. Lo tiene un millonario japonés. Cuando su pintura está en el museo, la gente va como si fueran a las catedrales, por razones religiosas. Si Van Gogh se expusiera en un café, se miraría poco.

Publicado originalmente en Le Nouvel Observateur,
nº 1206, 12-24 de diciembre, 1987.

Traducción del francés de Francisco Algarín Navarro.