David Muñoz Castillo
Jaime Medina, dueño de la botillería Jamaica de la calle El Molo, en Barrancas, dice que ahora tiene porotos para comer todo el año, mientras muestra un estante lleno de abarrotes que instaló a un lado de la caja del local. Los comerciantes de este rubro tuvieron que diversificar los productos que venden para poder funcionar en cuarentena.
Después de una serie de reuniones que se efectuaron en el país, en la región y también en la provincia, los botilleros de San Antonio pudieron atender nuevamente público después de 38 días cerrados por la cuarentena que partió el 27 de febrero en la comuna.
Además, en el nuevo instructivo de desplazamiento, que emitió el Gobierno la noche del martes y que comenzó a regir desde las 5 de la mañana de ayer, se entregaron nuevas calificaciones de productos que son "imprescindibles", como dice el documento, para la subsistencia humana.
En ese grupo están alimentos y bebestibles, que incluye todo tipo de líquidos.
La nueva calificación era demandada por el sector de las botillerías desde el año pasado, cuando se instauraron las primeras cuarentenas en el país, y los dirigentes y los propios comerciantes cuestionaban por qué se permitía a los supermercados la venta de alcohol y a los negocios de menor tamaño se les prohibía.
Después de un año de disputas están autorizados a vender alcohol en sus establecimientos.
Carlos Bravo, de la botillería Perelly de Llolleo, contó que "el lunes se llamó a una reunión donde nos explicaron todos los puntos que están publicados en una circular".
El comerciante aseguró que "no tenemos ninguna limitación de venta de productos. Solo nos dijeron que teníamos que pedir el permiso de desplazamiento a la gente que iba a comprar".
Carlos Bravo valoró la medida. "Lo que caiga es bueno en estos momentos, después de tanto tiempo cerrados y sin trabajar", afirmó.
Reclamo
Jaime Medina dice que el cambio se debió a "los reclamos que hicimos a través de las agrupaciones de botilleros a nivel regional y nacional. En el fondo creo que primó que las grandes industrias lo pidieron. Por eso podemos abrir".
El dueño de la Jamaica recordó que "si esto se hubiese hecho en un principio no habríamos estado cerrados dos meses el año pasado y los casi 40 días ahora".
Para Jaime Medina, las distintas interpretaciones de las autoridades privaron al sector de trabajar durante todo este tiempo. "Éramos como el jamón del sandwich, nos tiraban para todos lados. Incluso en una oportunidad me llevaron detenido por tener abierto el negocio. Y para qué llegar a eso. Y quién responde por las pérdidas", cuestionó.
A los nulos ingresos se suman, según el comerciante barranquino, "las deudas que vamos acumulando. Los bancos y las empresas no tienen empatía con nosotros. Un distribuidor en la cuarentena pasada me dio seis días de plazo para cubrir unos cheques. Es irrisorio", criticó.
Para abrir ahora el dueño de esta botillería tuvo que "hacer otra inversión, comprar mercadería, sacar patente. Otro gasto que es innecesario".
Jaime Medina cuestionó las medidas que toma el Gobierno, no solo en el aspecto económico, sino que en el sanitario, y que tienen nuevamente a San Antonio y a otras cuatro comunas de la provincia en cuarentena. "Nadie sabe ni entiende nada. Nos dicen que le tenemos que pedir el permiso de desplazamiento a los clientes. Con qué autoridad puedo hacer eso. El control le corresponde a Carabineros o a la autoridad sanitaria", advirtió.
Las botillerías funcionarán hasta las 20 horas, ya que el toque de queda se adelantó desde el lunes a las 21 horas.
20 horas es el horario de cierre de las botillerías, porque el toque de queda parte a las 21.00.