La jornada de este miércoles, la Sala de la Cámara de Diputados inició del debate sobre la eutanasia, proyecto que establece que las personas con enfermedades terminales, puedan optar por una muerte asistida y bajo supervisión de un médico.

El proyecto, a diferencia de otras iniciativas, cuenta con rechazo desde algunos sectores de la oposición y desde el oficialismo, donde también registra un apoyo importante.

Uno de los diputados de oposición que mostró su rechazo al proyecto, es el diputado de la Democracia Cristiana (DC), Jorge Sabag, quien afirmó que si se aprueba la iniciativa, se creará una “industria” y “turismo” en torno a la eutanasia.

“Rechazamos este proyecto porque va a crear toda una industria de la eutanasia y turismo de la eutanasia. Creemos que la vida siempre debe ser respetada, vamos a renovar varias indicaciones, especialmente en lo que dice la objeción de conciencia”, dijo Sabag.

Otro diputado que acuñó este concepto, es el diputado de Renovación Nacional (RN), Jorge Rathgeb, quien afirmó que la eutanasia representaba a la “sociedad del descarte” y es el punto de partida para que otros decidan por el paciente.

“Este es un proyecto donde se expresa la sociedad del descarte (…) Es una expresión de la sociedad mercantilista y egoísta que estamos viviendo, donde se crea la industria de la eutanasia, donde ya se señaló, es el punto de partida, para que mañana otros decidan por él”, comentó.

Por su parte, la diputada del Partido Socialista (PS), Maya Fernández, una de las firmantes del proyecto pidió en sala que se eliminaran las palabras desquiciado y asesinato del acta, incluidas en la intervención del diputado UDI Sergio Bobadilla.

Además calificó como una brutalidad la intervención de Sabag, y lamentó que se sigan resistiendo a avanzar en el proyecto.

“Él habla del turismo de eutanasia, lo que me parece una brutalidad, se imponen las creencias. El proyecto resguarda todos los pasos para una eutanasia”, dijo la diputada.

El proyecto como emanó de la comisión señala que solo mayores de 18 años pueden optar a la eutanasia, y que la voluntad es totalmente personal, no se puede transferir a otra persona y es irreversible.

También indica que el médico que sea solicitado en asistir la muerte puede invocar la objeción de conciencia al igual que su equipo médico, y el recinto deberá proveer otro equipo que asista la muerte.

El médico que acepte debe enviarlo al comité de ética del establecimiento, y luego de concretada la eutanasia, redactar un informe que señale que en su conocimiento especialista, la persona no tenía esperanza.